domingo, 10 de mayo de 2009

Marchas

Marchas
A ultimas fechas el descontento social esta haciendose cada vez más presente en las calles de la Ciudad de Mexico teniendo cada semana un promedio de 20 movilizaciones. Los automovilistas por supuesto, encabezan las lista de quejosos que suplican a las autoridades, capitalinas o federales, mano dura y cero tolerancia hacia estos grupos que debido al espacio que ocupan al realizar las movilizaciones entorpecen el trafico, y el comercio del centro historico.

"Váyanse a sus estados", "quéjense en el sindicato", "pónganse a trabajar" y otras tantas frases, ademas de insultos, se llegan a escuchar de parte de los "afectados" hacia los contingentes ciudadanos, obreros o campesinos, que salen de sus lugares de origen para exigir a las autoridades solucion a las demandas que sus gobernadores, lideres sindicales o delegados no fueron capaces de resolver o siquiera escuchar. La centralizacion del sistema politico no es cosa de casualidad, entre varios factores, el mas importante es el hecho de que las dependendias de gobierno en los estados no son mas que satrapías en donde un pelmazo toma las riendas del poder y se dedica a comprar Chargers para patrullar, motocicletas Toromex que duran dos meses y "equipamiento" para que las fuerzas del orden cumplan con el sagrado deber de proteger y servir a la ciudadanía.

Ya no se diga de las presidencias municipales, ultimo peldaño del escalafon de poder que en cuanto cambia de administracion,los titulares, ni tardos ni perezozos corren a comprar alguna camioneta pick up de mas de medio millon de pesos para las "diligencias" en los puntos mas alejados de la demarcacion.

Los sindicatos, falsos generadores de sensaciones de unidad obrera y campesina. El problema de estos no es el hecho de ser una organizacion que en teoria vela por los intereses de sus agremiados sino los manejos turbios de sus dirigentes. El charrismo no ha desaparecido, al contrario, estos tiempos son tiempos en los que las practicas que al parecer son muy del siglo XX se vuelven de este siglo tambien ya que sin las manos de la masa trabajadora el "proyecto neoliberal" no es posible.

Los campesinos prefieren emigrar al vecino pais del norte para buscar un mejor futuro mientras que sus tierras quedan ahí, anegadas por el olvido en que las instituciones, las benditas instituciones, las han obligado a sumergirse. Hectareas y hectareas de tierra sin trabajar y la que esta en actividad se siembra, riega y cosecha con metodos de principios del siglo XX. Las uniones de hombres de campo piden de modo independiente(con sindicato es lo mismo que sin el) apoyos para invertir en tecnologia y mejorar la produccion. Esas voces nunca se escuchan y cuando estos individuos se organizan y luchan por lo que necesitan seguro un par de ellos desaparecen o son hostigados para acallar a los demas.

Los profesores, nunca una profesion tan importante dentro de la sociedad habia sido tan infravalorada.

"¿Para que profesores si lo que necesitamos es engrosar las filas de la clase trabajadora?" pareciera que esta es la consigna de cada uno de los gobiernos que han pasado por este calzón de puta llamado México. Mujeres y hombres que se dedican a la enseñanza tienen una labor crucial en la formacion de personas encarriladas hacia el progreso. ¿Como es que estos protagonistas de la escena nacional pueden tener salarios tan bajos y prestaciones raquíticas?. No hay mal que dure cien años ni gremio que lo soporte y es por eso que algunas secciones de maestros están en la calle, solidarizándose con otros movimientos de lucha independiente y demandando lo que les corresponde. Desgraciadamente no han ganado más que la opinion publica, influida por los medios claro, no los baje de holgazanes, fascinerosos y cuentachiles.

¿Como no exigir?, ¿cómo no marchar?, ¿como no solidarizarse?.

No empujen a esas personas que protestan hacia los montes, a la sierra o a la selva. No los empujen a matarse por conseguir algo que por nacimiento les pertenece.

La radicalización de los movimientos sociales esta determinado por la mínima oportunidad de expresarse. Que no cargue la sociedad en su conciencia parte de la culpa de que los inconformes cambien la pluma, la voz y la educación por fusiles, adiestramiento de guerrilla y ametralladoras. Solidarizémonos y dejemos que los intransigentes, intolerantes e inhumanos sigan siendo los poderosos.

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