lunes, 18 de mayo de 2009

Conducción defeña

Desde que comencé a manejar por las avenidas y puentes de esta gran ciudad he pasado por diferentes etapas de actitud hacia los demás conductores.

Cuando apenas aprendía tenía la idea de que la torpeza que mis movimientos cada que quería hacer una maniobra fuera del protocolo de circulación, llámese estacionarme, poner las intermitentes y detenerme, esperar a que alguien saliera de un lugar de estacionamiento para meterme en el mismo lugar...etc. un temor me invadía, el temor de entorpecer la vida de los demás y su felicidad urbana. Pensaba "rápido, rápido, tengo que meterme rapido porque es injusto que el pobre señor que esta detrás de mí sufra por mi lentitud". ¡Qué tiempos aquellos!, ¡cómo han cambiado las cosas!.
Sin duda, entre más tiempo pasa, mayor es la indiferencia que la mayoría de los conductores mostramos a éstos detalles. Terminamos asimilando todas esas costumbres carentes de prudencia, sentido común y sobre todo, paciencia, a fuerza de ser víctimas de quienes ya han sido curtidos por la vida.

¿Qué cuál es mi insulto vial favorito?

¡Pinnnche meeenso!

Repítanlo, medítenlo, sopésenlo.

¿O no es más duro que un "¡hijo de puuutaaaaa!"?

Es una grosería light, pero con un noseque que cuando se dice de un modo pausada y haciendo énfasis en la palabra menso se convierte en un golpe certero y eficaz.

Siento que apela a la estupidez de la persona a la que uno se dirige, ¿cuál es el sentido de gritar "perro de mierda" "hijo de puta"? ¿Qué tiene que ver el estatus genealógico o zoologico con la torpeza de quien maneja torpe o erráticamente?.

Un: ¡Pinnnche Meeenso! es más que suficiente para esos exabruptos viales.
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¿Por qué tantos bloggers van a la Bipolar?

Si gustan, pueden desentrañar el misterio explicando sus razones.

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