sábado, 27 de junio de 2009

Perros



Hace aproximadamente 6 meses mi novia decidió "regalarme" de cumpleaños un perro. Vale decir que un animal no es un regalo, es más bien una responsabilidad ya que al haber sido desprovistos de una buena parte del instinto que alguna vez tuvieron al ser domesticados dependen en integralmente de uno.

Después de vivir en la zozobra leyendo historias de animales abandonados decidimos visitar a una familia de la condesa que regalaba 3 cachorros criollos. El problema era principalmente de espacio. La historia de estos cachorros era bastante afortunada comparada con la de otros perros callejeros. Su madre, una especie de pastor inglés con poquito menos pelo y su padre, un akita de casa y muchisimo pelo los habian tenido 2 meses antes. La madre, callejera,vivía en la construccion que los anunciantes de los cachorros estaban construyendo por Xotepingo. La familia naturalmente le tomó cariño a la perrita y constantemente le proveian algo de comida durante la gestación de las crías.

El día del nacimiento la negligencia del veterinario provoco que la madre muriera, dejando en el desamparo a todos los cachorros. La familia adoptiva se encargo de alimentarlos, cuidarlos y darles lo necesario hasta que el problema del espacio(viven en un departamento) se presentó.

La asociación por medio de la cual encontramos el anuncio de los cachorros obliga a quien desee tener una mascota a proveerle de espacio y alimento suficiente realizando visitas periodicas.

Muero por mostrarles la foto de Afgan y su hermana la Negrita



Es algo vieja esta serie de fotos, ahora afgan ya esta mucho mas grande y supongo su hermana tambien.




PD. Este post fue provocado por Srta Pelo y su historia con Pipo.

http://ellatienehambre.blogspot.com/2009/06/las-estrellas-se-apagan.html

PD2. Necesito tomarle mas fotos a los otros perros que tengo.

1 comentario:

  1. Adoro los perros, son el asunto totalmente. Justo ayer me encontré un ovejero alemán perdido por alguna calle de Buenos Aires... es una perra y hoy la tiene un amigo en la casa. Yo no tengo lugar mi espacio es pequeño e infinito a la vez. Habría que vivir lejos en un campo con veinte o treinta perros y salir a caminar hasta que caiga el sol.
    Un abrazo desde Buenos Aires.

    ResponderEliminar